Prologo de Vicente Marí
Este semana traemos a la sección de Educación de Mennta uno de los aspectos más vitales de la vida: la gestión del dinero.
Los hijos, a temprana edad ya descubren lo importante que és el dinero para comprar y conseguir cosas. El dinero es para ellos como un sucedáneo de la felicidad, puesto que comprando son felices, y hasta que no han gastado hasta el último centimo, no paran. Comprarán cualquier cosa con tal de gastar todo el dinero que les demos. Es importante que les hablemos de lo importante que es el dinero, el ahorro y lo mucho que cuesta de conseguir.
Por José María Lahoz
En cuanto dispone de unas monedas, tiene la necesidad imperiosa de gastarlas inmediatamente sin que le sobre ni un céntimo. No le importa en qué gastarlo, pero tiene que hacerlo inmediatamente. Si no tiene dinero, no para de pedir hasta que le compramos algo. ¿Se puede enseñar a usar el dinero y a administrarlo? La mayoría de los padres estamos de acuerdo en que hay que hacerlo, pero ¿cómo?
El dinero, además de ser un invento que ha ayudado al progreso de la humanidad, es una realidad cotidiana y un elemento sociológico y cultural con el que necesariamente deberán convivir nuestros hijos. Tiene una considerable importancia funcional y no siempre se le da la importancia educativa proporcional.
Los padres de César, de cuatro años de edad, observaron durante sus vacaciones de verano que cuando salían a pasear por las tardes, como era su costumbre, y le preguntaban si quería un helado u alguna otra golosina, éste rehusaba la invitación y continuaba con sus juegos. Como la conducta se repitiera varios días y fuera del todo desacostumbrada, llegaron a la conclusión de que alguna cosa anormal estaba pasando y que tenían que descubrirla. Tras algún rodeo César confesó:– «Si no compramos helados, ahorraremos para comprar la rulote que nos gustó tanto». Julio, con catorce años de edad, recrimina a sus padres continuamente porque no quieren comprarle una moto y como consecuencia se niega a estudiar. Su madre me explicaba que lo que más desearía es tener dinero para comprarle la moto a ver si así se tomaba interés.
Son dos historias reales que ejemplifican el punto y el contrapunto en la educación del uso del dinero. Se puede afirmar que los padres de César están haciendo una mejor tarea educativa que los de Julio, ya que César, con sólo 4 años, es capaz de dominar un deseo muy apetitoso, estimulado por algo que está muy lejano en el tiempo, mientras que Julio, que ya es bastante más mayor, no es capaz de cumplir con sus responsabilidades si no es a cambio de un bien material.
Aprendizajes relacionados con el dinero.
Aunque puedan parecer obvios, conviene asegurarse que nuestros hijos logran asimilar ciertos aprendizajes relacionados con el dinero. Pensemos que dichos aprendizajes no se adquieren de forma espontánea sino que son fruto de los estímulos recibidos. Normalmente, si en casa se han ofrecido modelos adecuados, es frecuente que los hijos actúen de manera consecuente. Pero no siempre ni necesariamente es así. En ocasiones, como consecuencia de otras influencias o por una falta de sensibilidad hacia ciertos aprendizajes, puede ocurrir que nuestros hijos presenten actitudes insensatas o incoherentes en relación con el dinero. Conviene, por lo tanto asegurarse que van asimilado determinadas actitudes y hábitos antes de que sea demasiado tarde.
En concreto deben aprender que:
La manera de saber si realmente lo han aprendido será observar si, de manera progresiva, muestran formas de comportamiento acordes con los aprendizajes subrayados.
La edad de los hijos condicionará los aprendizajes que podemos proponerles.
La prudencia nos advierte que no es posible enseñar todo a la vez. Además su madurez intelectual les impediría algunos aprendizajes. Como consecuencia lo recomendable es secuenciar los objetivos según su edad:
El uso del dinero antes de los ocho años.
Desde los primeros años es aconsejable que aprovechemos cualquier circunstancia para que participen en actividades de compra. Podemos pedirles que pidan ellos lo que vamos a comprar, que paguen con el dinero que les damos, que esperen el cambio… Será un primer contacto con el dinero y las compras.
Cuando alcancen madurez suficiente para comprender las cantidades y los precios de algunas cosas que les interesen (golosinas, pequeños juguetes, material escolar…), se puede aprovechar para darles una cierta cantidad de dinero y que decidan qué quiere comprar en un quiosco, en la librería etc… Las primeras veces vale la pena ayudarle a tomar decisiones.
Es importante usar la misma estrategia para comprar objetos superfluos y objetos necesarios (lápices, sacapuntas, libretas…). Se trata que desde un principio participe en la compra de los dos tipos de productos ya que, de lo contrario, algunos de nuestros hijos acaban por pensar que las cosas necesarias y útiles son algo que viene dado siempre y que por lo tanto no hay que pensar en ello. Por el contrario intentaremos sentar las bases para que en su campo de visión económica entren las diferentes facetas de dicha realidad.
De forma simultánea tendríamos que proporcionarle una «hucha» o instrumento similar, donde pueda guardar el dinero sobrante de sus compras o el que pueda recibir de familiares o amigos y que no haya gastado. Junto con la adquisición de la hucha, deberíamos explicarle que allí se puede guardar el dinero y que éste puede servir para comprar alguna cosa para sí mismo o para hacer un regalo. Es importante que desde el principio le hablemos de las dos finalidades y le ayudemos a plantearse alguna en concreto (algo que le haga ilusión, el cumpleaños de la mamá…). También es el momento de aprovechar cualquier hecho de la actualidad para animarle a usar parte de ese dinero en donativos que ayuden a otros, siempre dándole libertad para decidir la cantidad.
Como en otras facetas educativas, se tratará de acompañarle en sus primeros contactos con el dinero para que sea capaz de percibir diferentes aspectos de la realidad y, con ello, aprenda a tomar decisiones razonables. Más adelante, a medida que notemos sus avances, aumentaremos su libertad y la dificultad de sus decisiones.
Si desea acceder al artículo sobre lapaga infantil publicado previamente en Mennta, pinche sobre el enlace.
José María Lahoz García es pedagogo (Orientador escolar y profesional), Profesor de Educación Primaria y de Psicología y Pedagogía en Secundaria.
Extraído de www.solohijos.com
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