Por A. W.
Héctor García Diego, profesor ayudante en la asignatura ´Proyectos I´ de la Escuela de Arquitectura de Pamplona, acaba de presentar su tesis ´Refugio, observatorio, templo. Casas de arquitectos extranjeros afincados en España (1950-1975)´, donde analiza las casas de Erwin Broner y Erwin Bechtold en Ibiza.
— ¿Qué tienen de especial las casas que se hacen los arquitectos para ellos mismos?
— Algunas características que he creído detectar en la investigación es que son arquitecturas muy libres desde el punto de vista de la disciplina, no se avienen a parámetros cubísticos o visuales sino que son casas para ser vividas por ellos. No tienen otro cliente que ellos mismos. Eso genera una arquitectura que no ha tenido muchas interferencias, más pura, que, además, deja un testimonio sobre la manera de entender la arquitectura por estos arquitectos y también, al vivir allí, sobre su forma de vivirla.
— Una experiencia vital.
— Es un aspecto que me interesaba mucho y que está reflejado en todas estas obras. Todos estos arquitectos tienen una naturaleza nómada. Son personas que han estado deambulando por el mundo, que pierden un poco su propia identidad, la identidad de pasaporte, por así decirlo. Pierden las raíces de un sitio, echan unas pocas en otro y eso les confiere una capacidad para ver el entorno nuevo en el que se asientan. Solían traer una formación más completa que la que podía haber en España, que en aquellos años estaba muy deprimida. En ese encuentro de un lugar con estas características y estas personas que vienen con una visión muy diferente a la que tiene la gente de Ibiza, se produce un diálogo que enriquece muchísimo las propuestas arquitectónicas. Eso se refleja en esas casas que me parecen magníficas, aunque probablemente mi visión, después de estos años trabajando, no sea objetiva.
— ¿Por qué escogió estos cuatro lugares: Ibiza, Cadaqués, Carboneras y Frigiliana?
— Todos ellos reúnen unas características que los hacen singulares. Son lugares apartados, geográficamente bastante inaccesibles. Ibiza, con el mar. Para llegar a Cadaqués hacen falta muchas horas de coche a través de carreteras llenas de curvas. Carboneras también era un sitio apartado, por lo que he podido saber se llegaba por un camino prácticamente de piedras, y a Frigiliana el hecho de no estar en primera línea de playa le confería una posición alejada. Para mí era un aspecto positivo porque convertía estos puntos casi en reservas culturales y del patrimonio natural de España. Además, eran polos de atracción para los extranjeros por la climatología, las playas, el sol… Eso es fundamental. Se produce un anclaje al Mediterráneo de estos arquitectos que muchas veces vienen del norte de Europa y que ven en estos parajes lugares excepcionales para asentarse. En todos ellos se crea una congregación de intelectuales extranjeros, colonias elitistas, de músicos, artistas, pintores, arquitectos… De alguna manera ellos acaban dando lugar a una comunidad que les ayuda a asentarse en un nuevo territorio.
— ¿Se sentían libres para hacer construcciones en lugares tan apartados porque nadie las iba a juzgar?
— Diría que sí. Todas esas casas se construyen en momentos de madurez. En puntos de su carrera profesional en los que pueden hacer lo que quieran sin preocuparse por lo que van a pensar de ellos. Más aún en un caso tan comprometido como hacerse una casa para ellos mismos en un lugar apartado. Por eso me parecía tan interesante. De hecho, casi todas son piezas que difícilmente se puede decir de qué año son. Son intemporales. Responden a aspectos que no son propios de los estilos. Respondiendo a la pregunta, sí, se sentían más libres.
— Antes de venir había estudiado en profundidad las casas de Broner y Bechtold en Ibiza, ¿le sorprendió algo al visitarlas?
— Sí. Bastante. La información que obtienes a través de revistas, publicaciones y fotos es un puzle incompleto. Al llegar allí y montarlo recibes una información bastante diferente a la idea que tenías. En la casa de Broner, para empezar, me sorprendió la escala de la casa, es muy pequeñita. La situación se intuye en las fotografías, pero llegar hasta ella a través de sa Penya, por esas calles tortuosas, me costó trabajo. Aparece como una sorpresa. Me gustó. Y la secuencia de entrar, cómo van llegando los pequeños espacios… Eso me pareció fantástico. También me sorprendió la sofisticación. Es una pieza muy pequeña, pero sofisticadísima. Al sentarte junto a la chimenea te das cuenta de las visuales que tiene, las vistas a Formentera. Cada punto, cada zona se ve que están muy pensadas. En la parte de abajo, donde está el taller, la rampa que sobrevuela sa Penya y que lleva al acceso escalonado… Fantástico. La primera planta y la planta baja son muy diferentes pero se complementan muy bien.
— ¿Y de la casa de Bechtold?
— Tenía menos información, más sesgada, y fue fundamental recorrerla. Es una casa que ha ido creciendo durante más de 30 años alrededor de una antigua casa payesa. Erwin ha ido ampliándola a medida que ha ido necesitando un nuevo taller, habitaciones para invitados… Es muy bonito recorrer una casa que ha ido creciendo en sucesivos pabellones que se unen sin pasillos ni corredores, lo que hace que se vayan sucediendo las estancias de un modo continuo que creo que lo hacía muy atractivo.
— ¿Estas casas son refugio, observatorio o templo, como titula su tesis?
— Lo que concluyo en la investigación es que todas esas casas son una mezcla de estos tres conceptos. Son refugios de personas que han estado viajando por el mundo. Broner estuvo en el alzamiento del régimen nazi, por su condición de judío y porque, además, se había afiliado al Partido Comunista, tuvo que salir de Alemania. Viajó por todas partes, recaló en Ibiza por primera vez cuando construyó los baños de Talamanca y luego tuvo que ir a Estados Unidos. Encuentra la isla y ella y su casa se convierten en el refugio de esa existencia itinerante. En Bechtold pasa algo parecido. Abandona Alemania y la tradición familiar para dedicarse a su pasión, la pintura, y tras pasar por París llega a Barcelona y acaba recalando en Ibiza, donde ya se asienta su lugar de trabajo. Por eso, en estos casos hablo de refugio, eso le da una condición especial a estas casas. Llevan impreso ese recorrido.
— ¿Observatorio?
— Hablo de observatorio porque siempre son lugares situados en puntos muy especiales. Creo que por la vocación contemplativa del arquitecto, que siempre está sujeto a tener unas visiones de entorno muy especiales. Esas casas suponen, he querido entender en sus biografías, un punto de referencia fijo. Se trata de gente que ha estado moviéndose por todas partes y encuentra un sitio en el que establecerse, en cierta forma podría ser un lugar en el que observar esa trayectoria ambulante del pasado y también mirar hacia un futuro que cambia desde el momento en que se han establecido en ese lugar.
— ¿Y el templo?
— Estos arquitectos acaban haciendo una casa a medida de sus ocupantes, de ellos mismos. Tienen sus espacios perfectamente adaptados para dedicarse a la arquitectura, a la pintura, para vivir exactamente de la manera que ellos quieren. Es una casa en la que se produce una celebración de lo cotidiano.
— ¿Se queda con la casa de Bechtold o la de Broner?
— No puedo escoger una. Las dos son fantásticas. Son diferentes prácticamente en todo. Son dos magníficos tesoros que tiene la isla.
— ¿Cómo es la casa que se haría usted mismo?
— En el contexto actual creo que me queda mucho tiempo para eso. Todo arquitecto se pregunta cómo sería su propia casa. Esta investigación me ha servido para ver que es posible hacer una arquitectura comprometida y sincera, en sintonía con tu propia vida. Eran auténticos apasionados de su trabajo, Me quedo con eso, pero para mi propia casa, aún no tengo planes.
Por @vicent_mari Continuando con lo que relatábamos la pasada semana, en esta serie de artículos vamos a ir desgranando los secretos de las Leer más »
Por @vicent_mari No es necesario explicar que Ibiza es una isla, un paraíso flotante en el Mediterráneo junto a su hermana menor, Formentera. Su fama llega a todos los Leer más »
Por @vicent_mari De entre las islas del Mediterráneo, me atrevería a decir que, pese a su reducido tamaño, Ibiza y Formentera son el Leer más »
Por @Vicentmari Luis Miguel Hermoza y Reinhard Huaman Mori han sido los impulsores de una nueva revista de arte y literatura que ya puede encontrarse en Leer más »
Por @Vicent_Mari Formentera Fotográfica, el encuentro organizado por el Consell de la citada isla ya tiene fecha para la edición de este año 2021 y tendrá lugar del 8 Leer más »
Deja un comentario