Famoso por una bofetada

Por @vicent_mari

     No soy mucho de colgar cosas como esta. Bueno, en realidad sí. Eso es lo que siempre digo y luego resulta que, repasando mi historial, ataco lo que huele a sangre. Es cierto que suelo ladrar sobre política y corrupción porque eso se presta a que de rienda suelta a mi lado oscuro -es como un ardor, un picor bajo la piel que tengo que rascar y sacarme de encima escribiendo-, pero de vez en cuando, aparece algo jugoso en mi entorno o en los medios, digno de algunas palabras. Este es el caso. Semanas atrás metí caña a un pepero que se sentía orgulloso de serlo, así que esto es un cambio de registro.

     Resulta que se ha puesto de moda la agresión de un repartidor a un youtuber que, después de llamarle “caranchoa” se lleva una sonora bofetada cuya onda expansiva, lejos de apagarse, sigue manteniéndose en el aire, aunque su eco ha sido notable y ha derivado en una profunda división. Hay quienes apoyan al chico en su denuncia (porque hubo parte de lesiones y denuncia) y quienes defienden al pobre currante, alaban su reacción y hasta se ríen de la hazaña. Me entra la ñoñería y la nostalgia me lleva a esos tiempos en los que Mourinho era el Dios madridista cuyo dedo señalaba el camino y no tenía remilgos en meterlo en el ojo de Vilanova ante la mirada atónita y enardecida del Camp Nou. Aunque no se lo crean, hubo muchos que defendieron ese comportamiento inaceptable. Yo no. Esto es España. Aquí, delinquir sale barato. De hecho, muchos de los que antes se lo pensaban, hoy han pasado a la acción. La agresión, en cualquiera de sus formas es injustificable y debería haber sido condenada por todos, pero por desgracia, no fue así. Nunca será así.

     Pero ahora nos llega un majete con la cara pixelada y le suelta un sopapo a este youtuber. MrGranBomba. También conocido como “caranchoa”. El youtuber cuelga el vídeo en su canal de youtube y después todo se dispara. Reacciones a favor y en contra, entrevistas en medios de tirada nacional, montajes musicales con la bofetada como protagonista… Todo con su puntito de locura y surrealismo enfatizando la originalidad de la creación. Todo el que se preciara en este idílico escenario aportaba su granito de arena con montajes variopintos y graciosos que provocaban desde sonrisas a carcajadas. La gracia todavía sigue.

     En una entrevista que leí recientemente en El Mundo, decía que tenía prácticamente decidido dejar de ser youtuber. Mi experiencia dice que eso sería un error. ¿Por una bofetada? Si, de acuerdo, ha sido fuerte y para algunos merecida. Pero si yo fuera él sacaría lo bueno de la situación. ¿Quién conocía a este youtuber hace tres o cuatro semanas? Muy pocos. Ahora lo conocen en toda España. No podrá tomarse un café sin que lo reconozcan. Habrá subido –fijo- el número de suscriptores. Cuando lo consulté, en Youtube tenía más de medio millón, en su página de Facebook 8.450 Me Gusta  y en Instagram 45.300 seguidores. Son cifras nada desdeñables. Incluso escuché que hay cierto glamour en abofetear a una estrella.

     A veces uno tiene suerte y no se entera hasta tiempo después. Poco podía imaginar ese youtuber que el video de la agresión y la posterior denuncia le catapultarían a esa fama polémica y efímera, pero fama al fin y al cabo. Ese repartidor le ha hecho una campaña de marketing a coste cero que costaría una fortuna. Ahora precisamente es cuando tiene que subir más videos que nunca. Una bofetada –o algo peor- te puede caer en la calle porque sí, por simple fatalidad. Pasa un tipo por tu lado al que su mujer ha dejado y ha perdido el trabajo esa misma mañana. Tu le miras, el te mira, decide que no le gusta tu cara o que le recuerdas a alguien del que no tiene buen recuerdo y en un arrebato te la revienta. Cada día nos cruzamos con montones de personas a un click de explotar. Son bombas de relojería esperando la oportunidad de explotar. Puede pasarnos a cualquiera. Lo que nos define y marca la diferencia es cómo gestionamos esos conflictos cuando nos vemos metidos en ellos. Como le ocurrió a este chico -20 años, un chaval-. ¿Reaccionarías tú con esa frialdad y te alejarías del conflicto para no empeorarlo o te enfrentarías a ese repartidor y llegaríamos más lejos?

     Siempre he pensado que no se puede tomar una decisión en caliente o cuando estas afectado. Solo cuando llega la calma puedes tomar la decisión correcta. A veces no hay tiempo para encontrar la calma. Otras veces solo es cuestión de tiempo. Quizá, si fuera este chico, probaría a diversificar mis videos. No solo bromas. La gente quiere encontrar variedad, riqueza de temas. Una bofetada puede dar que hablar e incluso puede sembrar una división y no debería. Hay quien pide perdón sin necesidad y hay quien no lo hace cuando debería. Si es ceguera o una forma de ser, es trágico. Si es orgullo o estupidez, para mí es lo mismo.

     Suerte, muchacho. Tienes mi apoyo. Elijas el camino que elijas, siempre encontrarás piedras en el camino. Cuando yo era más joven, en la escuela, las bofetadas te las daban desde los profesores hasta los compañeros de clase. En aquellos tiempos, todos teníamos practica en ese arte.

     Puedes saber más sobre MrGranBomba a través de estos enlaces:

https://www.facebook.com/MrGranbomba/

 https://www.youtube.com/user/MrGranbomba

https://www.instagram.com/granbomba/