Por Cristina Amanda Tur, diariodeibiza.es
La primera vez que los medios registraron el avistamiento de un platillo volante en Balears fue en marzo de 1950. Sin embargo, no sería hasta un par de décadas más tarde cuando explotó con fuerza la auténtica fiebre ufológica en las Pitiüses. Entre mediados de los años setenta hasta mediados de los ochenta, las páginas de Diario de Ibiza y la prensa en general informaron de un buen número de avistamientos. Incluso se especulaba sobre bases submarinas de ovnis en aguas de los islotes de Poniente, donde, se rumoreaba que, si había suerte, los días de niebla, se podía ver algún aparato no identificado por los alrededores. Todavía hay quien lo cree. Otros prefieren pensar que solo venían por la intensa energía que emana de esa zona.
“Damas y caballeros, tengo un grave anuncio que hacer. Por increíble que parezca, tanto las observaciones de la ciencia como la evidencia de nuestros ojos conducen a la deducción ineludible de que esos seres extraños que aterrizaron esta noche en las tierras de cultivo de Jersey son la vanguardia de un ejército invasor del planeta Marte”. Cuando, el 30 de octubre de 1938, Orson Welles hizo historia en la radio narrando en directo la adaptación de ‘La guerra de los mundos’, sólo prendió fuego a una mecha en una sociedad sugestionada por los supuestos canales en Marte que el astrónomo Percival Lowell interpretara como signos de vida inteligente y con el precedente de una primera oleada de aeronaves –no se llamaron ovnis sino dirigibles fantasma–, que los medios de comunicación extendieron desde Estados Unidos a buena parte del mundo a finales del XIX.
Los orígenes sobre este fenómeno hay que buscarlos en Estados Unidos a principios de la década de los 50 es Estados Unidos debido a dos factores muy concretos. El primero es que desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en todo el planeta, y muy especialmente en Estados Unidos, se produjeron numerosos avistamientos de lo que en un primer momento se calificó de Objetos Voladores No Identificados de origen desconocido y más tarde recibieron el nombre de platillos volantes que llamaron poderosamente la atención del público y que hicieron correr ríos de tinta. Y como segundo factor estamos hablando del recurrente caso, bastante conocido, de un objeto que se estrelló en el desierto de Nuevo México, en Roswell, en julio de 1947, próximo a la base donde estaba la división 509, por entonces la primera y única división de bombarderos atómicos del mundo. Este hecho hizo que, al principio, los militares americanos pensaran que se trataba de una aeronave espía rusa, aunque tardaron poco en desechar esta posibilidad. Para quien desee saber más sobre esto, Whitley Strieber escribió “Majestic”, un libro sobre este tema) y que, más de setenta años más tarde no ha caído en el olvido. En ese mismo año, el físico Enrico Fermi –planteando un debate serio sobre el asunto y ante el hecho de que ninguno de los expedientes sobre visitas alienígenas ha quedado probado– formula su famosa paradoja: “si el Universo está lleno de extraterrestres, ¿dónde está todo el mundo?”. A pesar de que el auténtico fenómeno ovni se fraguó en los 50 en Estados Unidos, se internacionaliza en la década de los 70, cuando los ufólogos reivindican para sus aficiones el estatus de ciencia, rescatan el incidente Roswell y se empecinan en elaborar arriesgadas teorías de la conspiración en las que, indefectiblemente, el gobierno estadounidense oculta un par de cadáveres alienígenas abiertos en canal en un almacén.
Resulta curioso el tempo de los hechos de este caso: Un brillante oficial de la base aerea se desplaza hasta el primer lugar donde colisionó la nave -ésta rebotaría varias veces en la superficie terrestre y acabaría deteniéndose a casi cien kilómetros desierto adentro, del lugar de su impacto inicial- y halló restos de una sofisticación que no se podía atribuir a los rusos. En aquellos momentos, Estados Unidos se veía invadido por cientos y cientos de testimonios de avistamientos de platillos volantes, por lo que este oficial creyó que se trataba de uno. Llevó los restos a la base y comunicó que había hallado material que provenía de una nave extraterrestre. Cuando hallaron el resto de la nave, fuentes del alto mando ordenaron cambiar el testimonio de este reputado oficial. Este oficial, que acabó siendo coronel, cuyo nombre era Jesse Marcel -pueden buscarlo en Google-, poco antes de morir, en 1979, admitió en varias entrevistas grabadas en video que los restos que él había encontrado pertenecían a un avión extraterrestre y que la Fuerza Aerea había encubierto el hecho debido a que estas naves invadían el espacio aéreo del país y no se sabía como luchar contra ellas. Previamente, Roscoe Hillenkoetter, primer director de la Cia, ya ex-director en 1960, ofreció una entrevista publicada en el New York Times en 28 de febrero de ese año explicando que no fue una sonda lo que se encontró en Roswell sino un aparato tripulado de origen extraterrestre y que se mintió al pueblo americano y al mundo por el bien de la seguridad nacional.
Continuando en los 50, las noticias sobre platillos volantes no son una rareza en las páginas de Diario de Ibiza. Y si al inicio las informaciones se refieren a casos de la península o preferentemente extranjeros, el fenómeno no tarda en llegar a las islas. El viernes 31 de marzo, la mitad de la portada está dedicada a la aparición de uno de estos objetos –que generalmente se consideraban procedentes de Marte– en la isla de Mallorca.
Marcha giratoria del aparato
El aparato, tan grande como se ve la Luna, tendría las características normales de una nave alienígena: “La marcha del platillo era giratoria, como la de los molinetes de los fuegos artificiales” y “tiene ligera forma ovoidal, con una especie de cinco colas luminosas”. El avistamiento es portada en periódicos de buena parte del mundo, desde el diario de la noche Madrid hasta El Universo, de Ecuador, porque no sólo es el primer platillo de Balears sino que parece ser que también es el primero que se fotografía en el mundo.
Antes de que pase un mes, el 9 de abril, una página de es Diari se inicia así: “En la Redacción de este Diario se recibió la noticia de que en ciertas partes de Ibiza, principalmente en la parte Norte, se habían visto ‘platillos volantes’, cruzando el espacio a gran altura, acompañados de potente zumbido, aureolados de cegadora luminosidad y con una velocidad desenfrenada”. El autor del texto decide trasladarse a la Cova d’en Marçà para comprobarlo, pero, cabe suponer que ante el escaso éxito de su misión, redacta una crónica a todas luces burlesca y en clave de humor de un encuentro extraterrestre.
El 5 de octubre de 1951, el tono es más serio y el diario publica una entrevista a un marinero del motovelero ‘Joven Teresa’ que afirma que cerca de Cala Espart, al regresar de cargar madera en Cala d’en Serra, él y la tripulación vieron “una cosa en forma de embudo, brillante, que se paraba en el vacío y que podía comprenderse que era dominada o gobernada por alguien”. Al día siguiente, al menos otros siete ciudadanos afirman haber visto el objeto, desde Sant Mateu e incluso desde el colegio de sa Graduada.
La nave nodriza
Lo cierto es que en esos años los casos son aún esporádicos en Diario de Ibiza, aunque en la década de los 80 los especialistas del fenómeno harán alusión frecuente a la «nave nodriza» avistada entre Mallorca y Eivissa el 17 de junio de 1953, que se hizo famosa al ser citada en libros de conocidos ufólogos. Lo mejor estaba por llegar, pero lo haría cuando los platillos volantes pasaran a llamarse ovnis. El físico teórico Stephen Webb, en su libro ‘Si el universo está lleno de extraterrestres, ¿dónde está todo el mundo?’ (en el que se plantean soluciones a la paradoja de Fermi y la posibilidad de vida extraterrestre), pone fecha al primer avistamiento de un platillo volante. Fue el 24 de junio de 1947. Un piloto sobrevolaba la cordillera de las Cascadas con su avioneta privada cuando vio unos objetos que se deslizaban como “platos sobre un estanque”. Y la prensa empezó a hablar de platillos volantes. El término OVNI (objeto volante no identificado; UFO en inglés), más neutral, fue acuñado por el oficial de las fuerzas aéreas Edward Ruppelt hacia el año 53. Sin embargo, hasta mediados de los 60, Diario de Ibiza y la mayor parte de la prensa española aún seguirá hablando de platillos volantes.
En octubre de 1965, el diario ibicenco recoge testimonios de «un extraño fenómeno» avistado por los empleados del turno nocturno de GESA (que llamaron al periódico) y por la tripulación de un DC-4 de Aviaco, que informó a Diario de Mallorca. Lo interesante en este caso es que en la noticia puede leerse este párrafo: «¿Platillos volantes sobre Ibiza, sobre Mallorca, sobre Menorca…? Creemos que sí, aunque quizás sea mejor emplear para su denominación ese eufemismo de moda: objeto volante no identificado».
Avistamientos
A finales de los 60, la portada de Diario de Ibiza sigue dejando espacio a noticias de ovnis llegadas a través de la agencia Efe desde diversas partes del mundo. En la portada del viernes 13 de septiembre de 1968 puede leerse este titular: ‘Presencian el choque de dos astronaves de ignorados mundos’. Fue en México. Y, el 4 de octubre, los avistamientos regresan a Ibiza y es Diari dedica al tema una breve nota titulada ‘¿Ovnis, ayer, sobre Ibiza?’ (la fórmula de la interrogación será corriente en este tipo de informaciones), recogiendo declaraciones de una empleada del aeropuerto que asegura haber visto “una cosa redonda, brillante como un espejo, plateada como la luna de grande” que descendió del cielo detrás de las montañas.
Días después, un redactor se traslada a Formentera porque existen “rumores” de que unos turistas han visto extrañas luces sobre algunas playas, aunque hay que suponer que él no las vio, porque acaba hablando de los buenos precios y de la excelente calidad de la Fonda Platé.
Exploración de Marte
Hay que decir que el año 68 fue el año en el que la televisión emitió la serie de ciencia ficción ‘Los invasores’. Y el Ministerio de Defensa avivó el fuego enviando a los medios una nota de prensa (Diario de Ibiza la publicó en su portada del 6 de diciembre) pidiendo a los ciudadanos que informaran de cualquier avistamiento. Ese mismo año, cinco chicos de la isla forman un grupo de música y deciden llamarlo los ovnis. Las bases para que se produjera lo que daría en llamarse ‘oleada ovni’ estaban puestas.
Llegan los 70 y la NASA inicia la exploración de Marte con el programa Mariner, al que sucederán las sondas Viking. Y a la ecuación marciana, al contexto general, se suma en Diario de Ibiza un equipo redactor sensible a la materia al que podrá recurrir cualquier ciudadano que haya visto algo extraño en los cielos isleños. La tormenta perfecta. Desde mediados de la década, es Diari se llena de dibujos de naves espaciales, extraterrestres y testimonios asombrosos. El culmen será cuando los extraterrestres decidan que, en lugar de ponerse en contacto con el líder del mundo o, en su defecto, con el presidente de Estados Unidos, es preferible llamar por teléfono a un redactor de un periódico local de una discreta isla mediterránea.
Se inicia la época –desde mitad de los 70 hasta mediados de los 80– en la que el tema ovni ofrece a los lectores de es Diari titulares tan suculentos como ‘¿Una base submarina de ovnis en Ibiza?’, ‘Avalancha ovni en todo el mundo’, ‘Un ovni persiguió a un muchacho durante más de 200 metros’, ‘Un ovni quemó un sembrado de trigo en Formentera’ o ‘¿Encuentro en la segunda fase en Ibiza?’. Un extraterrestre de Ganímedes llamado OLM escribe cartas al director y se crean grupos de aficionados que se dedican a buscar fenómenos extraños y luminosos en las noches pitiusas. Uno de ellos es el Grupo de Investigación Especial que, en el citado caso de Formentera, realiza una de sus investigaciones, recoge muestras, asegura que no han hallado “vestigios de contaminación radiactiva” y fotografía las huellas del aterrizaje ovni, que llegó, en un alarde de originalidad, acompañado de interferencias en las televisiones y vegetación quemada.
En la mayoría de las ocasiones, los avistamientos nunca serán explicados. A veces sí lo son; en la portada del 18 de febrero de 1975, el titular principal rectifica que ‘No eran ovnis los cuerpos que ayer poblaron al anochecer el cielo de Ibiza’. Y en el texto puede leerse que las luces misteriosas eran nada menos que los planetas Júpiter y Venus en conjunción. A decir verdad, confundir la luminosa presencia de estos planetas con naves espaciales es un clásico del mundillo ufológico.
El 29 de octubre, intentando resarcirse del error, se informa de que nueve ovnis volaron «en formación» elevándose «a la altura de Cap Nonó, con una inclinación aproximada de 30 grados, hacia la Conejera», añadiendo que «la flotilla de nueve ovnis nos confirma la teoría de que dichos aparatos vuelan normalmente en número casi siempre múltiple de tres.
Definitivamente, lo que volaba el lunes por la noche sobre el mar ibicenco no eran nueve Venus». A pesar de los precedentes, el mismo planeta vuelve a ser protagonista de numerosos avistamientos ovni en el año 77. También hubo meteoritos sospechosos de ser naves espaciales. Y satélites rusos y globos sonda: “todo parece indicar que lo que avistaron miles de personas la tarde del 6 de agosto desde Mallorca, Ibiza y Formentera era efectivamente un globo sonda especial” (18 de agosto de 1977).
Base submarina de ovnis
Y destacable es que sa Conillera se convierte a partir de esas fechas en escenario privilegiado de los avistamientos. Es en este islote en el que se sitúa la primera base submarina de ovnis del país, del Mediterráneo y quizás del mundo entero, antes de que es Vedrà cobrara un protagonismo en el tema que en la actualidad sigue ostentando. Se empieza entonces a hablar de triángulos (el que se dibuja entre Mallorca y Eivissa y el que une es Vedrà con costas del Levante español) y de brújulas y palomas que pierden el norte, “siempre y cuando crucen una franja electromagnética que ocupa la zona noroeste de la isla, en un triángulo que engloba Valencia-Ibiza” (DI, 22 de marzo de 1977).
En un breve resumen de los casos más extraordinarios, publicado en febrero de 1982, se hace referencia a la década anterior y al “objeto brillante que apareció en distintas fechas en la vertical del islote Conejera, y que en una ocasión absorbió la luz del faro durante un minuto y medio para después descender hasta el nivel del mar y desaparecer”. El domingo 20 de febrero de 1977, el suplemento dominical de Diario de Ibiza abre con esta pregunta: ‘¿Una base submarina de ovnis en Ibiza?’. Se incluye un mapa y se asegura que «el mar es el escondite ideal para cualquier visitante exterior que quisiera pasar desapercibido». El 13 de marzo se apunta que “ya son varias las bocas autorizadas que hablan de muchas posibilidades sobre el hogar de los marcianos al Norte de Ibiza, detrás de sa Conillera”. Las informaciones de pescadores y marineros que hayan visto luces en el mar son las más ansiadas y destacadas. El 21 de mayo “de nuevo han sido observadas naves extraterrestres en el cielo de Ibiza. Y de nuevo, una vez más, sobre la Conejera”. En esta ocasión, el redactor incluso se refiere a los ovnis como veds (vehículo espacial dirigido), por considerarlo más «lógico», pero la fórmula no cuajará.
Tampoco hay que olvidar, para crear el contexto preciso, que en esta época, Televisión Española emite el programa ‘Más allá’, de Jiménez del Oso (que en el 81 pasa a llamarse ‘La puerta del misterio’). A finales de los 70, cada viernes, se emite también la serie americana ‘Investigación OVNI’, que durante meses seguirá a ‘El hombre y la tierra’ de Félix Rodríguez de la Fuente en la parrilla televisiva. Y la serie animada preferida por los niños en 1980 es ‘La batalla de los planetas’, las aventuras de un comando que tiene por misión proteger la tierra de los ataques de seres de otras galaxias.
Por @vicent_mari Continuando con lo que relatábamos la pasada semana, en esta serie de artículos vamos a ir desgranando los secretos de las Leer más »
Por @vicent_mari No es necesario explicar que Ibiza es una isla, un paraíso flotante en el Mediterráneo junto a su hermana menor, Formentera. Su fama llega a todos los Leer más »
Por @vicent_mari De entre las islas del Mediterráneo, me atrevería a decir que, pese a su reducido tamaño, Ibiza y Formentera son el Leer más »
Por @Vicentmari Luis Miguel Hermoza y Reinhard Huaman Mori han sido los impulsores de una nueva revista de arte y literatura que ya puede encontrarse en Leer más »
Por @Vicent_Mari Formentera Fotográfica, el encuentro organizado por el Consell de la citada isla ya tiene fecha para la edición de este año 2021 y tendrá lugar del 8 Leer más »
Deja un comentario