La palabra Llenya es de origen catalán y se refiere a la leña utilizada como combustible para generar calor en estufas, chimeneas y fogatas. En muchas regiones de habla hispana, el término "leña" se prefiere en lugar de Llenya, pero ambos hacen referencia al mismo material que se obtiene al cortar y secar la madera.
La Llenya es un recurso muy importante en zonas rurales donde no se dispone de gas natural o electricidad para calentar los hogares. La recolección y almacenamiento de Llenya es una actividad tradicional que ha pasado de generación en generación, siendo vital en épocas de frío intenso o para cocinar alimentos en fogones improvisados.
Existen diferentes tipos de madera que se utilizan como Llenya, cada una con distintas propiedades de combustión y aroma al arder. El pino, el roble y el olivo son algunas de las especies más comunes que se transforman en Llenya para satisfacer las necesidades energéticas de las familias que dependen de este recurso natural.